Presentación
Ya son muchas las personas que noticiadas
por algún comentario comienzan a preguntar:
¿Qué pasa en la ermita de la Virgen de
Guadalupe que está en Recreo?; ¿es cierto lo
que se dice; ¿cómo se llega allí?; ¿cuándo
se reúnen a rezar?; ¿qué es lo que rezan?
No quería salir de mi cautela, no por
desconfiado sino porque sé que Dios no
responde a los curiosos sino a la gente de
fe que con sinceridad lo buscan. Y la Virgen
siempre quiere lo que Dios quiere.
Pero, a todo esto, hoy veo la necesidad de
poner en manos de los que preguntan la
respuesta adecuada; de acercarles la oración
que allí se practica; y de ponerlos frente a
gracias recibidas a través de testimonios de
primera mano.
Sólo indico que, más que ante una ermita de
la Virgen de Guadalupe, estamos frente a un
"campo de oración", a una especie de lugar
teológico, donde la persona que viene
predispuesta encuentra el espacio propio
para encontrarse con Dios en la oración,
poder percibirlo en la gracia y recibir la
salud que otorga la fe.
Por eso agradezco a todos los que hicieron
posible esta obra, de los cuales viene bien
que nombre a Don René Antoniazzi y, a su
señora esposa, Doña Ana Conti, a sus hijos
Lisandro y Facundo, que donaron el campo; a
los que con su aporte pecuniario solventaron
los gastos; al grupo de oración que mes tras
mes, año tras año, mantienen el espíritu de
oración en el campo. |
Imágen de la
Virgen de Guadalupe, la misma del cuadro
traído desde Italia y que se encuentra en la
ermita. |
También, mi gratitud a aquellos que
colaboraron para poder llevar a cabo esta
obra de divulgación y de oración: la
señorita Rosita Bolgiani, que se tomó el
trabajo de recoger los testimonios; al señor
Hernán Palavecino, que realizó muchas de las
tomas fotográficas que lleva el libro; y a
la señorita Andrea Franco que se encargó de
compaginar los textos con las imágenes.
Pero sobre todo mi corazón de sacerdote a la
Virgen María, Madre del verdadero Dios por
quien se vive, que no olvida a este hijo
suyo, como tampoco olvida, su corazón
materno, a quien la busca para poder
acercarse a su Divino Hijo. (Pbro. Héctor D.
Agustini - Cura Párroco)
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Gracias recibidas
Del
documento enviado por Ana María Conti de
Antoniazzi al Señor Arzobispo de Santa Fe de la
VEra Cruz, Monseñor Edgardo Gabriel Storni,
fechado en Recreo el 12 de febrero de 1996.
Después
de producido el fallecimiento de los esposos
Vicente Bossio y Esmeralda Antoniazzi de Bossio,
quienes no tuvieron hijos, sus sobrinos quedamos a
cargo de su casa -lindante con la mía, que habito
con mi esposo René y mis hijos Lisandro y Facundo-.
La vivienda de los tíos se da en alquiler, dejando
en ella un ropero. Me ocurría que, antes de
acostarme, sentía un golpe, aparentemente, arriba
del ropero en mi dormitorio. Yo era la única
persona que lo percibía. Transcurrido el tiempo,
decidimos vender la casa que fue de los tíos. Me
ocupo entonces de mantenerla limpia. Así, una
mañana de octubre de 1992, retiro de arriba del
ropero un cuadro -que luego me enteré que fue
traído a Recreo desde Italia en el año 1913-, le
quito la tierra que no dejaba ver de qué se
trataba y descubro la imagen de una virgen. En ese
momento llega mi hermana Norma, lo mira y me dice:
-"Es la virgen de Guadalupe de México porque tiene
al indio Juan Diego en las cuatro esquinas". Luego
me enteré que ese mismo día habían trasladado la
Tilma de Juan Diego a la Catedral Nueva de México.
Despierta en mí el interés por conocer la historia
de Juan Diego. Hicimos restaurar el cuadro y lo
ubiqué en mi casa; desde entonces rezamos la
novena a la Virgen de Guadalupe con un grupo de
vecinos. EL 10 de julio de 1994, mi esposo sufre
un accidente cerebro-vascular muy grave. EL día 11
los médicos nos comunican que debían intervenirlo
quirúrgicamente dentro de las 243 horas.
Desesperados, unidos con mis hijos delante del
cuadro de Nuestra Madre, lloramos e imploramos por
la salud de mi esposo.
Le prometí que si mejoraba, en cuanto
pudiésemos viajaríamos a México a
agradecerle en la Catedral. AL día siguiente
se produjo el milagro: mi esposo comenzó a
evolucionar favorablemente y no fue
necesario operarlo.
El 5 de diciembre de 1995, a las 11 de la
mañana, René y yo estábamos pisando la
montaña de Juan Diego. EL 8 por la noche,
todo el contingente de argentinos con que
viajamos, ingresamos al hotel de Taxo. AL
entrar en nuestra habitación veo un plato
con tres bombas de crema y con la
inscripción "Bienvenido Antoniazzi". Le tomo
una fotografía. Al otro día lo comento con
los demás y, con sorpresa, nos enteramos que
fuimos los únicos que recibimos esa atención. |
Fieles durante
un encuentro de oración |
El 20
de diciembre regresamos a Argentina, transcurren
los días, muestro las fotografías a familiares y
amigos, siempre destacando la del plato, como una
delicadeza -inexplicable- que habían tenido para
con nosotros. Una de mis amigas -Beatriz de
Montagnini- descubre en ese plato la imagen de una
virgen; empezamos a mirarlo con detenimiento y,
efectivamente, vimos que era cierto. Estuve dos
noches sin dormir, pensando ¿por qué Nuestra Madre
estaba ahí?, ¿qué me estaba pidiendo?. Al
despertarme el 21 de enero de 1996, viene a mi
mente la oración con la que la Virgen le pide a
Juan Diego que construya un templo.
Pensé que ella me pedía que la colocase en
un lugar en donde pudiese ir todo aquel que
sintiese la necesidad de orar. Lo hablo con
mi esposo y convinimos levantar un oratorio
en un rincón del campo que tenemos en el
pueblo.
A
partir de esto empieza a ver "signos" en la
foto: el ángel que está al pie de de la
imagen del cuadro que encontré en la casa de
los tíos; una ostia; una cruza; el cuerpo de
la virgen María con el Niño Jesús; más al
centro mi esposo y yo como vistos desde
arriba; en el lateral derecho el borde del
campo con las casas que lo rodean y los
rayos que indican el lugar donde quisiera
llevar mi cuadro de la Virgen. Firmado: Ana
María Conti. |
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Monseñor Storni autoriza la construcción
del oratario
Mediante Protocolo Nº 35/96, fechado en
Santa Fe de la Vera Cruz el 22 de febrero de
1996, se señor Arzobispo se dirige al Pbro.
Héctor Agustíni -Cura Párroco- y manifiesta
su consentimiento para la construcción del
oratorio con la condición de que la imagen a
colocar sea la encontrada, traída desde
Italia y ante la cual se oró por la salud
del Sr. Antoniazzi.
Se cristaliza el sueño
El 12 de arzo de 1996 se coloca en una
ermita construida en el campo de Antoniazzi,
el cuadro con la imagen de la Santísima
Virgen María de Guadalupe, traído desde
Italia.
Por indicación expresa del Señor Arzobispo,
Edgardo Gabriel Storni, el Pbro. Héctor
Agustini -Cura Párroco- bendice el lugar el
mismo día.
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El matrimonio
Antoniazzi frente a la ermita |
Los testimonios
El 3 de junio de 1996, Pablo Espíndola sufre
un accidente de tránsito y, como
consecuencia de ello los médicos
diagnostican posible amputación de una
pierna. Su familia, vecinos y amigos
comenzaron a rezar ante la imagen de la
Virgen pidiendo por la salud de Pablo, quien
se ha recuperado y hasta el día de hoy
continúa en rehabilitación. Esta fecha marcó
el inicio del rezo de la Novena en honor a
la Virgen de Guadalupe, todos los meses
desde el día 3 hasta el 11 y, el 12 se reza
el Santo Rosario. Asimismo, desde 1996 y
hasta la actualidad, se reza el Santo
Rosario el día 25 de diciembre a las 18
horas.
El 3 de noviembre de 1996, antes de iniciar
la novena, Lucía Candia -que contaba con 8
años de edad- advierte gotitas, que se
asemejan al rocío y nacían desde el vientre,
deslizándose hasta las manos de la Virgen.
Fue esta la primera vez que alguien detectó
las supuestas gotas de rocío. Finalizada la
Novena, se rezó el Santo Rosario todos los
días hasta el 12 de diciembre de 1996.
Durante 1997, además se comienza a rezar el
Rosario durante el Mes de María y hasta el
12 de diciembre, asistiendo al principio un
grupo reducido de personas, pero que ha ido
creciendo con el tiempo.
El 19 de diciembre de 1998 fallece la señora
Irma de Marti, que integra el grupo de
oración. En su memoria, el 19 de enero de
1999 se reza un Rosario y, mientras se lo
estaba haciendo se repite la existencia de
las presuntas gotitas de rocío sobre la
imagen de la Virgen.
El 8 de noviembre de 1998 la Virgen
peregrina de Guadalupe visita la ermita. Se
suelta un rosario de globos con un mensaje
para quien lo encuentre se comunicara con
alguna de las personas, cuyos teléfonos se
indicaban. El 19 de enero de 2000, estando
Ana María Conti lista para ir a la Basílica
de Guadalupe en Santa Fe, recibe por
teléfono la noticia de que el rosario fue
recibido por el señor Victoriano Nutini en
Villaguay (Entre Ríos). En agradecimiento se
rezó el Rosario en la ermita y, otra vez, la
presencia de las gotitas de rocío desde el
vientre hacia las manos de la Virgen.
Desde entonces, la cantidad de testimonios
de gente que ha recibido la gracia de la
Virgen de Guadalupe ha ido creciendo. Entre
los hechos más sorprendentes se pueden
citar: el de la Señora Telly de Giuponi, que
después de de un Año de profunda depresión
se recuperó. Otro caso es el de Ana Milesi
Asunción de Colombo, que tenía una extraña
mancha -un lunar plano- en la nariz, y según
los médicos, aconsejaban no tocar.
Nuevamente el milagro se produjo, y la
mancha desapareció por completo.
Otro testimonio increíble es el de Guido De
Luca al que le habían diagnosticado cáncer
de colon. Habiendo recibido esa noticia
sobre su estado de salud se dirige con su
esposa a la ermita de la Virgen. "No sé lo
que buscábamos, pero salimos más tranquilos"
comenta.
En el año 2000 lo opera el Dr. Kakisu, y en
4 días estaba su casa. A partir de ese día
comprendió la inmensa gracia que María de
Guadalupe le había regalado. Hoy en día,
luego de una serie de estudios,
quimioterapia preventiva y tratamientos,
Guido De Luca está totalmente restablecido y
lleva una vida normal.
La lista sigue de milagros sigue, y los
devotos a la Virgen de Guadalupe mantienen
sus esperanzas, siempre agradecidos por lo
que ella hace por todos. |
Obsérvese en la
primera imagen la mancha, en la segunda ya
había desaparecido por completo
Guido De Luca
orando frente a la imagen de María de
Guadalupe |
Oración a la Virgen de Guadalupe
Madre de Guadalupe
En mi desesperación te busqué con
ansias,
mi angustia me llevó hasta ti,
te encontré en un campo verde
donde la paz se respira y el amor
se abre como la flor
al calor del Sol,
y la frescura del rocío que empaña
tu regazo,
te ofrecí mis plegarias, te ofrecí
mi dolor,
todo lo recogiste, también mi
tristeza.
A cambio me diste paz, me diste fe
y también diste esperanza
Hoy mi corazón se hincha de gozo
porque en ti encontré refugio,
consuelo y alegría.
Tu eres mi guía desde entonces y
para siempre.
Elegiste este suelo, como su nombre
lo dice, eres Recreo del alma
Para quienes te necesitan y te aman
Madre nuestra de todos los días.
Ubicación de la Ermita a la Virgen
Agradecimiento a Alejandro Zaninetti por
colaborar enviando este material para su
publicación. |
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