Qué hacemos con
la basura...
¿Qué hacemos con nuestra basura?... la gran
pregunta. ¿Usted pensó alguna vez que en
pocos años literalmente dormiremos sobre
nuestros propios desperdicios?
Nuestra vida diaria hace que cada vez seamos
mayores generadores de residuos de todo tipo:
orgánicos e inorgánicos, pero alguna vez nos pusimos a pensar dónde va nuestra
basura… Lo único que sabemos es que el
basurero para y se la lleva.
Esa basura seguramente no toma su carril
correcto, ya que directamente se descarga en
un “tiradero” o “relleno sanitario”. Tampoco
nos detenemos a pensar que, aunque no
veamos el destino de esos residuos, estos
contaminan la superficie de la tierra y
mediante filtraciones las napas de agua, eso
sin nombrar las enfermedades producidas, ya
que estos terrenos están en zonas aledañas a
plantas urbanas, generalmente con gente de
escasos recursos que sobreviven gracias al
“cirugeo” o la “clasificación” de esos
residuos.
Animales muertos, chatarras de metal, vidrios
rotos, restos de alimentos, bolsas de nylon,
botellas de pvc, material de demolición,
restos de plantas y ramas de árboles podados y
una extensa lista de artículos, se encuentran
en estos rellenos a merced de la naturaleza,
la cual demorará varios miles de años en
degradar en el caso de los elementos
inorgánicos.
La necesidad de plantas de tratamiento de
residuos es imperiosa, siempre y cuando se
apliquen políticas de estado orientadas hacia
el bienestar de la población y no una mera
empresa generadora de divisas.
Este tipo de "empresas" debe tener una
planificación estratégica y un estudio
minucioso previo a su instalación, tendientes
a obtener los mejores resultados, no solo para
beneficiar al distrito donde se establecerá,
sino también para extender el servicio a otras
comunidades aledañas.
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Los pequeños
y grandes centros urbanos de este siglo
producen grandes cantidades de basura, la
cual se ha transformado en sinónimo de
contaminación y enfermedades. La solución
a este grave problema no puede esperar. |
Para la ubicación de este tipo de plantas se
debe
contar con la aceptación de la comunidad y
deben provocar mínimo o nulo impacto ambiental,
su ubicación no debe alterar negativamente el paisaje ni
afectar vecindarios con malos olores y
emanaciones de gases y líquidos tóxicos, mucho
menos que se produzcan filtraciones al
subsuelo o dirigir las mismas a cursos de agua.
Se debe contar con caminos de fácil acceso y
correctamente mantenidos para que el
transporte pueda circular sin inconvenientes
en cualquier época del año y ante situaciones
climáticas adversas.
Este tipo de plantas, en la que se pone
potencial humano para beneficio de la
comunidad, deben ser administradas y dirigidas
por personal idóneo y capacitado para tal fin.
Malas experiencias sobran en el país, en donde
por simple amistad política se ha colocado a
personas que nada entienden sobre un tema
determinado al frente ministerios o entidades
donde al llegar deben aprender de qué se trata,
dando como resultado: malas administraciones,
pérdidas millonarias, poblaciones damnificadas
y edificios abandonados, los llamados
“monumentos a la corrupción”. La inoperancia,
la incapacidad y la corrupción van de la mano,
y llevan en todos los casos a dar resultados
nefastos.
Solo para recordar. Para crear una política de
saneamiento ambiental, en este caso una planta
de tratamiento de residuos, es necesario:
obtener información y recopilar leyes,
decretos, ordenanzas, reglamentaciones y toda
legislación relacionada con temas tales como:
• Gestión de residuos sólidos en toda sus
etapas: almacenamiento, transferencia,
recolección, transporte, tratamiento y
disposición final.
• Protección del medio ambiente: aire, agua,
suelo.
• Normas para la construcción, instalación y
equipamientos industriales que tengan como
objetivo preservar la salubridad, seguridad e
higiene del personal y poblaciones aledañas.
• Ordenamiento territorial y Uso del suelo.
•
Informar a la comunidad sobre los pormenores
de la instalación, ubicación y funcionamiento,
como así también los costos que deberá
afrontar el estado y destino de los ingresos.
Entre las leyes que regulan esta actividad se
encuentran: la
Ley Nacional
24.051 y su Reglamentación
831/93, referida a los Residuos Peligrosos, la
Ley
Provincial 11.720 (Buenos Aires)
y el
decreto 806/97 de Residuos Especiales. Las “áreas
grises” se cubrieron (en el
caso de INVAP) usando normativas
internacionales basadas en recomendaciones de
la
EPA (Environmental Protection Agency), la
Agencia de Protección Ambiental de EEUU.
Una planta de tratamiento de residuos no es un
simple galpón donde se descarga la basura y se
la clasifica; es un lugar donde se piensa en
el bienestar de la población y el medio
ambiente.
Artículo:
| Fuentes consultadas:
INVAP -
CEAMSE
(Argentina) |